Aislinn Derbez dice que fue una adolescente acomplejada

Aislinn Derbez dice que fue una adolescente acomplejada por su físico, y añade algo casi increíble:
“Yo creo que la primera vez que le gusté a un chavo fue hasta los 17 años, antes era muy nerd”.
Le pareció “divertido” aparecer en ese top ten, pero no se pasa “la vida cuidando el físico sino haciendo cosas interesantes”.
Actualmente ensaya la obra “No sé si cortarme las venas o dejármelas largas”, escrita y dirigida por Manolo Caro, que se estrena dentro de dos semanas en el teatro de la Sala Chopin. La hija de Eugenio Derbez interpreta a una joven que se casa con un gay por conveniencia.
Aislinn vivió cuatro años en Nueva York, donde estudió actuación, pintura y fotografía. Hizo teatro en off Broadway, pintó, vendió algunos cuadros y fue feliz. Desde hace año y medio está en México, donde ha participado en varias películas y en un capítulo de la tercera temporada de Mujeres Asesinas.
→ ¿Crees que el teatro es la cuna de los buenos actores?
Digamos que es la prueba de fuego, un reto enorme. Necesitas ser un artista muy completo para impactar en vivo.
→ La actuación de tu papá en la obra Sálvese quien Pueda fue memorable. ¿Lo viste?
Sí, claro, pero yo estaba muy chica para darme cuenta de la magnitud de lo que él hacía. Yo veía que todo le salía muy fácil, y ahora me doy cuenta de que se trataba de una gran actuación.
“En estos momentos me encantaría volver a verlo en el teatro, para analizar cómo hace las cosas y devorarlas”.
→ ¿Se podría decir que Eugenio Derbez es tu coach?
Sí, me da muchos consejos. Es un ejemplo a seguir. Siempre trata de hacer cosas nuevas. Él sabe llevarme al límite, me ha enseñado que tienes que arriesgar para lograr cosas interesantes.
→ ¿Cómo te trató en Ellas son… la alegría del hogar?
Él es muy exigente, pero yo ya sabía que así iban a ser las cosas. Como me tiene mucha confianza, era aún más duro que con los demás, y está bien.
→ ¿Hiciste casting con Pedro Torres para Mujeres Asesinas 3?
Él no es de casting. Analiza tu currículum, te llama, habla contigo y, dependiendo de cómo te vea, te da o no el rol. En cada temporada hace un lanzamiento y ahora me tocó; estoy agradecida.
→ ¿Te visualizas en un gran papel estelar de telenovela?
No mucho. No estoy peleada con la televisión, pero hasta ahora he preferido el cine y el teatro.
→ Pero la tele te da popularidad, ¿no?
Yo no hago las cosas para ser popular sino porque me satisfacen. Me gusta la actuación porque me hace meterme en otras vidas. No tengo prisa de que la gente me reconozca, prefiero elegir los proyectos en los que creo.
→ ¿En qué películas te veremos?
En El Atentado (Jorge Fons) tengo un papel chiquito, pero en Abolición de la Propiedad (Jesús Magaña) y en Musth (Mauricio Valle) sí hago protagónicos.
“Abolición de la Propiedad está basada en una novela del 68 de José Agustín, y Musth es un buen experimento.
“En Abolición… sólo somos dos actores, Humberto Busto y yo; la ensayamos como si fuera una obra de teatro, fue una gran lección de actuación.
→ ¿Conviviste mucho con tu abuela, Silvia Derbez?
De niña sí, era muy apapachadora, cocinaba riquísimo, me peinaba, me talqueaba y me ponía a rezar antes de llevarme a la cama.
“Cuando entré a la adolescencia, la traté mucho menos.
→ Se habla mucho de tu papá y de tu abuela. ¿Y tu mamá, qué?
Se llama Gabriela Michel, fue actriz y ahora se dedica a la locución; hace comerciales de radio y doblajes. Durante diez años fue jefa de edecanes en el programa de Chabelo.
→ ¿Fuiste feliz en Nueva York?
Sí, me la pasé muy bien. Me iba en patineta a la escuela, estudiaba mucho, hice teatro y me dediqué a pintar.
→ ¿Has vendido cuadros?
En Nueva York vendí algunos, y allá tengo varios guardados en un estudio.
→ ¿Qué pintores te gustan?
Van Gogh, Kandinsky. También me gustan los grandes muralistas mexicanos. Francisco Toledo es más oscuro, pero muy interesante.
→ ¿Por qué no te quedaste allá?
En primer término, porque uno debe estar orgulloso del lugar donde nació; quiero hacer una carrera en mi país y, luego, tal vez, en otro lado. En Nueva York me la pasé bien, pero es otra cultura, mucho menos acogedora.
→ La competencia debe ser atroz…
Es dura porque hay grandes figuras; compites con gente que es buena para actuar, cantar, bailar, y son atractivos. También hay que decir que se puede salir adelante con talento.
Por: EL UNIVERSAL