Livia Rangel
Livia Rangel
AVON - Spice Market
Livia Rangel
Photographer - Alex Cordoba/b]
Livia Rangel
Photographer - Carlos Morales del Toro
Make Up: Josue Luquin para GOC Makeup
Peinado: Manuel Oliva
Coordinación de Moda: Alfonso Carriquiry
Vestido: Alfredo Martinez
Make Up: Josue Luquin para GOC Makeup
Peinado: Manuel Oliva
Coordinación de Moda: Alfonso Carriquiry
Vestido: Alfredo Martinez
Livia Rangel
Photographer - Alex Cordova
Styling: Monica Lucia Medina
Make up: Elsa Maria Leyva
Styling: Monica Lucia Medina
Make up: Elsa Maria Leyva
Livia Rangel
Mancandy - Fall/Winter 2012 - Mexico
vogue.mx
vogue.mxLivia Rangel
Photographer - Lokesh Moorthy
Assisted by : Ahsish Dugar
Make Up Arts : Sara Capela
Style : Rimjhim Sen
Assisted by : Ahsish Dugar
Make Up Arts : Sara Capela
Style : Rimjhim Sen
Livia Rangel
Now with Purple Model Management - Mumbai
Livia Rangel
De Última @ El Universal 2012
Fotografia:Abo Palomo
Styling: Mauro Babún
Fotografia:Abo Palomo
Styling: Mauro Babún
Livia Rangel
Now with GH Management - México
Livia Rangel
Open Magazine
Livia Rangel
Por Martín Ángeles – Fotos de Víctor Ayala
Es sorprendente. Se ponga lo que se ponga (o se quite lo que se quite), Livia irradia una sensualidad especial. Es igual de sexy enfundada en una playera de The Ramones y unos jeans, que portando solamente un bikini. Detrás de esa belleza se encuentra una chica brava, cuya única meta es la supervivencia.
Livia es modelo profesional; posee un fuerte carácter que proyecta una madurez impropia de su edad. “Cumplí 20 años, así que no es tan malo”, explica mientras intenta aclarar que ya no es una niña sobre las pasarelas; aunque lo dice de una manera tan dulce que revela una irrefutable inocencia.
La sonorense planeaba ser médico, pero algunas influencias la motivaron a cambiar los consultorios por las pasarelas. “Me dejé llevar por lo que la gente decía “sé modelo, estás muy bonita”. Me llegó la oportunidad de participar en un concurso y a partir de eso me dediqué a modelar. Creo que me enamoré del negocio”, dice.
Siempre contó con el apoyo de sus padres, pues jamás los aterró el ambiente en el que se desempeñaría su hija. Su carrera comenzó profesionalmente en 2010, pero debía mudarse a Guadalajara, donde ya tenía varias ofertas de trabajo. Pronto, sus necesidades de crecimiento le impusieron un reto mayor: mudarse a la ciudad de México. “Mi papá me rogó para que no lo hiciera; tenía yo 17 años y su miedo era ‘normal’. Ahora están tranquilos, pues les demostré lo responsable que soy y que esta ciudad es segura”.
Livia extraña la quietud del lugar donde nació; el hecho de conocer a todo el mundo y llevar una vida familiar, pero admite que la capital del país primero inyecta un veneno que después hace ver todo de una forma menos complicada. Antes odiaba el exceso de gente y el tráfico, pero ahora es diferente. “Me gusta mucho el Distrito Federal, los mejores conciertos suceden aquí; además, los parques son muy bonitos, llenos de vida. Todo el mundo es pet friendly”, añade.
Mientras reconoce que ha vivido muy rápido, admite también que tienen razón aquellos que le dicen que lleva una vida adelantada a su edad. Como el hecho de que a su edad no le interesa salir de fiesta como antes. Y es que Livia cambió la fiesta de graduación de la prepa por un trabajo en Milán. “Sé que sueno como una viejita, pero estoy muy concentrada en mi trabajo”, apunta.
Su color de piel fue el idóneo para la campaña de Sears sobre las fiestas del bicentenario. Desde entonces la hemos visto en publicidad de catálogos y espectaculares; esto la ha llevado a sonreír a solas más de una vez, especialmente cuando recuerda lo que le han dicho sus ex novios adolescentes, pues ya no ven en ella a la niña con la que salieron hace años.
Para ella ha sido complicado hacerse de un grupo de amigas; las modelos con las que más cercanía tiene llevan una vida ajetreada como la suya. De un novio que entienda su ritmo de trabajo, ni hablar, pues es casi imposible de encontrar. “No es fácil que un hombre acepte que su novia modele en lencería. Pero ya encontraré alguien que lo entienda y comparta, además, mi gusto por la música y el cine.”
Fue en noviembre del año pasado cuando puso en práctica sus estudios de actuación al participar en la cinta Casi 30, próxima a aparecer en cartelera. Livia tiene en puerta algunas ofertas para hacer televisión, aunque poco concretas. Aunque ahora, su principal apuesta está muy lejos: en la India. “No tengo una propuesta de trabajo concreta, voy a hacer castings, pero tengo mucha fe; aunque haya competencia, creo que para todos hay trabajo”, argumenta Livia.
Revista Open
Livia Rangel
Por Martín Ángeles – Fotos de Víctor Ayala
Es sorprendente. Se ponga lo que se ponga (o se quite lo que se quite), Livia irradia una sensualidad especial. Es igual de sexy enfundada en una playera de The Ramones y unos jeans, que portando solamente un bikini. Detrás de esa belleza se encuentra una chica brava, cuya única meta es la supervivencia.
Livia es modelo profesional; posee un fuerte carácter que proyecta una madurez impropia de su edad. “Cumplí 20 años, así que no es tan malo”, explica mientras intenta aclarar que ya no es una niña sobre las pasarelas; aunque lo dice de una manera tan dulce que revela una irrefutable inocencia.La sonorense planeaba ser médico, pero algunas influencias la motivaron a cambiar los consultorios por las pasarelas. “Me dejé llevar por lo que la gente decía “sé modelo, estás muy bonita”. Me llegó la oportunidad de participar en un concurso y a partir de eso me dediqué a modelar. Creo que me enamoré del negocio”, dice.
Siempre contó con el apoyo de sus padres, pues jamás los aterró el ambiente en el que se desempeñaría su hija. Su carrera comenzó profesionalmente en 2010, pero debía mudarse a Guadalajara, donde ya tenía varias ofertas de trabajo. Pronto, sus necesidades de crecimiento le impusieron un reto mayor: mudarse a la ciudad de México. “Mi papá me rogó para que no lo hiciera; tenía yo 17 años y su miedo era ‘normal’. Ahora están tranquilos, pues les demostré lo responsable que soy y que esta ciudad es segura”.
Livia extraña la quietud del lugar donde nació; el hecho de conocer a todo el mundo y llevar una vida familiar, pero admite que la capital del país primero inyecta un veneno que después hace ver todo de una forma menos complicada. Antes odiaba el exceso de gente y el tráfico, pero ahora es diferente. “Me gusta mucho el Distrito Federal, los mejores conciertos suceden aquí; además, los parques son muy bonitos, llenos de vida. Todo el mundo es pet friendly”, añade.
Mientras reconoce que ha vivido muy rápido, admite también que tienen razón aquellos que le dicen que lleva una vida adelantada a su edad. Como el hecho de que a su edad no le interesa salir de fiesta como antes. Y es que Livia cambió la fiesta de graduación de la prepa por un trabajo en Milán. “Sé que sueno como una viejita, pero estoy muy concentrada en mi trabajo”, apunta.
Su color de piel fue el idóneo para la campaña de Sears sobre las fiestas del bicentenario. Desde entonces la hemos visto en publicidad de catálogos y espectaculares; esto la ha llevado a sonreír a solas más de una vez, especialmente cuando recuerda lo que le han dicho sus ex novios adolescentes, pues ya no ven en ella a la niña con la que salieron hace años.
Para ella ha sido complicado hacerse de un grupo de amigas; las modelos con las que más cercanía tiene llevan una vida ajetreada como la suya. De un novio que entienda su ritmo de trabajo, ni hablar, pues es casi imposible de encontrar. “No es fácil que un hombre acepte que su novia modele en lencería. Pero ya encontraré alguien que lo entienda y comparta, además, mi gusto por la música y el cine.”
Fue en noviembre del año pasado cuando puso en práctica sus estudios de actuación al participar en la cinta Casi 30, próxima a aparecer en cartelera. Livia tiene en puerta algunas ofertas para hacer televisión, aunque poco concretas. Aunque ahora, su principal apuesta está muy lejos: en la India. “No tengo una propuesta de trabajo concreta, voy a hacer castings, pero tengo mucha fe; aunque haya competencia, creo que para todos hay trabajo”, argumenta Livia.
Revista Open